viernes, 11 de diciembre de 2009

Simplemente una ardilla: 2ª parte

Los dos se sentían fatal por haber gritado a su madre, pero si no lo hubieran hecho, se habrían sentido fatal por no haber podido defender a Kindi. A si que los dos se pusieron a pasar a su diario lo que le había ocurrido. Cada uno tenía un diario en el que lo escribían todo. Su madre los castigó por no ir al campo, pero ellos se escaparon, ¡no podían dejar a Kindi así! Su madre, fue a los cuartos para decirles que, como se habían portado también esa noche y por la mañana, los iba a dejar que se fuesen al campo a jugar, pero como vio que ninguno de los dos estaban allí, cuando volvieron les dijo que estarían otra semana castigados.
-¿Vamos a dejar a Kindi sola? ¿Se morirá mientras no estamos?-dijo Paco a Andrea.
-Tranquilízate Paco-dijo Andrea-, le contaré a mamá lo que nos pasa y seguro que nos deja ir.
Cuando Andrea se lo contó dijo:
-¡NO, NO, NO Y NO! Si estáis castigados ¿Cómo queréis que os deje salir si la otra vez me mentisteis? Además, cerraré las ventanas yo misma con candado y llave.
Ya no sabían que hacer, cuando a Paco se le ocurrió una idea: como todavía les dejaban salir, el castigo empezaba mañana, fueron al bosque, cogieron a Kindi y se la llevaron a casa para así no tener que ir más.
-Muy bien Paco-dijo Andrea-, ya no tenemos que ir a cuidarla,¿pero explícame ahora como tenemos que guardarla para que no la vea mamá.
-Sí, yo te lo explico-dijo Paco-. Es muy sencillo, ¿Dónde no mira nunca mamá?
-Siempre mira en todos los cajones, cajas, armarios y todo lo que se nos pase por la cabeza-contestó Andrea.
-No, eso es incorrecto-dijo Paco-. Nunca mira dentro de nuestra ropa. Si escondemos a Kindi dentro de los sombreros no mirará.
-¡Eres un genio Paco!-dijo Andrea.
Ese mismo día, cuando se fueron al colegio, la madre le dio por lavar todos los sombreros de Andrea y de Paco.

Continuará

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